La semana pasada se reunieron los representantes sindicales del PDI de la Universidad de La Laguna con el Rector, contando también con la presencia del Vicerrector de Profesorado. En esta primera reunión, después de las elecciones a Rector, el principal punto a tratar fue el Estatuto del PDI que está pendiente de su aprobación por el Gobierno.
Sobre este tema el Rector explicó la postura de la CRUE (Conferencia de rectores de universidades españolas), indicando que habían hecho una serie de recomendaciones enfocadas a la elaboración de una ficha financiera para determinar quién (Gobierno Central o Autonómicos) debía afrontar los gastos derivados de su aplicación.
Además de este aspecto financiero, el Rector también manifestó su preocupación por las consecuencias que el Estatuto del PDI tendría sobre los Planes de Prejubilaciones y el de Incentivación, existentes en nuestra universidad.
Los representantes de CCOO insistieron en profundizar sobre las consecuencias de este cambio normativo, verdaderamente importantes y que afectarán a todo el profesorado pero lamentablemente, durante la reunión, el Equipo de Gobierno no mostró mayor preocupación sobre el resto de los contenidos del Estatuto del PDI. Obviando los temas esenciales del mismo y, sobre todo, dejando sin aclarar cuál será su postura en el caso de que éste se apruebe en los términos que el Gobierno ha anunciado.
Esta indefinición del Rector incrementa nuestra preocupación, porque puede significar que el Equipo de Gobierno de la ULL está de acuerdo con los añadidos de última hora por parte del Gobierno y que agravan aún más la difícil tarea del profesorado, que además de ver rebajado nuestro salario hemos tenido que asumir una mayor carga de trabajo como consecuencia del proceso de Bolonia.
Según este Estatuto del PDI:
El rectorado será quien decida si tu labor principal es exclusivamente la docencia o si podrás dedicarte a la investigación, y qué porcentaje de tu tiempo corresponderá a una u otra actividad.
Tu carrera profesional se desarrollará según criterios desequilibrados, que además podrán ser cambiados sin dificultad según el gusto del gobierno de turno.
En las horas que actualmente dedicas a tutorías podrás tener asignada docencia presencial en grupos reducidos.
Las tareas de preparación y planificación de clases habrás de realizarlas fuera de tu tiempo de trabajo.
Como resultado de todo lo anterior, la mayoría del profesorado verá sobrecargada e intensificada su jornada laboral, y algunos/as podrán ser despedidos/as o no ver renovados sus contratos.
Para CCOO es especialmente grave que el texto aprobado por el Consejo de Universidades permite a los rectores asignar 420 horas de docencia presencial anual.
En este sentido queremos recordar que el régimen de dedicación docente es el factor esencial para determinar la dimensión y estructura de las plantillas, por delante de las tareas investigadoras, que a pesar de los “cantos a la excelencia” nunca han influido en el diseño de las plantillas (en cambio la investigación es relevante y más ponderada en las acreditaciones para la estabilidad, promoción y retribución, que la actividad docente).
En los últimos años el PDI ha visto cómo poco a poco se incrementaba desmesuradamente el abanico de tareas a realizar. La adaptación al EEES ha venido acompañada de un incremento considerable de la dedicación docente, pues la programación ECTS, elaboración de materiales, coordinación y evaluación continua de una asignatura, requiere de una mayor dedicación respecto a lo que se venía realizando con anterioridad. Además se ha incrementado desmesuradamente el abanico de tareas a realizar, sin que todo este trabajo quedase reflejado en el cómputo de nuestra dedicación.
Un proceso de enseñanza-aprendizaje de calidad tiene que estar en concordancia con unas condiciones de trabajo óptimas y no se puede obviar que la componente investigadora repercute en la profundidad y actualización del conocimiento que se enseña en las aulas.
En este contexto, la indefinición del equipo de Gobierno de la ULL parece coincidir con las propuestas de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) que no es ajena al proceso neoliberal que nos azota y ha intentado por todos los medios dejar totalmente desregulada la dedicación docente en el Estatuto del PDI.
El Gobierno ha decidido aliarse con la CRUE y faltar a su palabra en el preacuerdo alcanzado en enero, pisoteando el derecho a la negociación colectiva.
Todo esto, junto al incremento de posibilidades de contratación en figuras aún más precarias, gracias a la Ley de la Ciencia, convierte a la Universidad Española en un entorno con unas condiciones de empleo muy degradadas que difícilmente irán acompañadas de la calidad docente e investigadora necesarias para la internacionalización de nuestras instituciones.
El redactado del borrador aprobado por el Consejo de Universidades dice lo siguiente: “La determinación de las actividades concretas clasificadas como actividad docente básica y complementaria en la implantación de títulos oficiales corresponderá a las universidades”.
Con este texto, el cómputo de las 420 horas de dedicación del profesorado a la actividad docente queda a libre disposición de las universidades, y como se cuantifiquen éstas, -si toda es docencia presencial por ejemplo- será muy determinante para la progresión académica del PDI.
Asimismo, la universidad podrá incluso aumentar este número de horas de dedicación si considera que su profesorado no ha cumplido convenientemente con otras tareas de formación o investigación a lo largo del curso académico.
CCOO exige al Gobierno que cumpla el acuerdo alcanzado en la Mesa Sectorial de Universidades, donde se establece claramente que se considera actividad docente básica, evitando abusos e incrementos de actividad docente encubierta.
CCOO no acepta de ninguna manera que se deje una horquilla abierta de 420 horas, y el consiguiente aumento de dedicación docente del PDI e invita a todo el profesorado a unirse al rechazo de este texto del ESTATUTO que va a reducir de forma drástica las plantillas e incrementar la pérdida de empleo en las Universidades.
¿Es lo que buscan los Rectores y el Ministerio?
Me sumo al profundo malestar de mis compañeros tras conocer la última propueta del Estatuto del PDI. Resulta sorprendente el peligroso giro que ha tomado este último texto cuando ya hubo un borrador anterior, ampliamente consensuado, muchísimo más razonable que sobre el que ahora discutimos.
ResponderEliminarCreo que se hace necesario exigir al Rector que defina claramente su postura al respecto para que podamos actuar en consecuencia.