El 15 por ciento de las cátedras de universidad están ocupadas por mujeres y en los últimos 20 años el porcentaje de catedráticas sólo ha aumentado un 6 por ciento, lo que pone de manifiesto que algo no se está haciendo bien.
Estos son datos del libro blanco sobre la situación de las mujeres en la ciencia española, presentado recientemente. En él se revela que pese a que el 60 por ciento de las personas tituladas en la universidad española son mujeres y se graduan con mejores expedientes que los varones, el 23 por ciento del profesorado de investigación del CSIC y el 15 por ciento de las cátedras las ocupan mujeres.
En este trabajo, editado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, se ha medido, entre otros, el éxito profesional y la promoción para acceder a un estadio superior en la carrera científica: Acceso a cátedra para profesores titulares y acceso a titularidad para profesores contratados.
Si bien no se encuentran diferencias por género relevantes en la posibilidades de promoción, las diferencias en el acceso a la cátedra a favor de hombres sí es "significativa": la probabilidad de ser promocionado para los hombres es 2,5 veces la de una mujer.
Podría pensarse que esta baja presencia de mujeres en el escalón más alto de la carrera científica se debe a la tardía incorporación de las mujeres a la carrera académica y que el simple paso del tiempo conducirá por sí sólo a una equiparación. Sin embargo, sin medidas activas la presencia de mujeres en el sistema científico no sólo no avanza en proporción al número de mujeres cualificadas para acceder a los puestos más altos de la carrera, sino que, en algunos casos, "incluso puede retroceder".
Simplemente, España no se puede permitir estas cifras, porque "si se quiere construir una economía competitiva no se puede prescindir del 50 por ciento del talento" ha dicho la Ministra Garmendia en la presntación del Libro Blanco.
Desde que se aprobara la Ley de Igualdad, las universidades tienen la obligación de aplicar planes de igualdad y hay universidades que han avanzado más que otras. La clave está en que el compromiso aparezca en el más alto nivel, con el objetivo de mejorar la competitividad científica.
En cuanto a las diferencias en productividad científica, las mujeres publican menos que los hombres en términos de artículos y dirigen menos tesis y tesinas (un 30 por ciento de mujeres ha dirigido alguna frente a un 40 por ciento de hombres).
Si bien las causas no se exponen, en la docencia podría estar una de las explicaciones, ya que las mujeres dedican más tiempo a ésta. Este estudio pone también de manifiesto que la tenencia de hijos "claramente" parece crear un obstáculo en la carrera académica de las mujeres (un 38 por ciento de las catedráticas tiene hijos frente a un 63 por ciento de los varones y la proporción de solteras es de un 21 por ciento frente a un 15 por ciento de solteros).
Además del libro blanco, se ha presentado un informe europeo sobre el cambio estructural de las instituciones científicas. Según éste, pese a que el 45 por ciento de licenciados europeos son mujeres, sólo el 30 por ciento de las carreras investigadoras están ocupadas por mujeres (37 por ciento en el caso español).
Las expertas que han elaborado ambos documentos han apuntado que se trata de una hoja de ruta para conocer la realidad, ahora hay que ahondar en las causas, a través, entre otros, de más encuestas.
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