El Rector de la Universidad de La Laguna ha dado instrucciones a la Gerente para que ponga en marcha una brutal restructuración de forma precipitada sobre la plantilla del personal de administración y servicios... ¡a solo tres meses de terminar su mandato!
Cuatro años después de la amplia reforma de RPT sufrida en 2014, el Rector Antonio Martinon quiere promover otra restructuración de la plantilla del PAS que, en esta ocasión, será incluso mucho más amplia y que recortará derechos o privatizará servicios ocasionando despidos.
Propuesta injustificada, especialmente teniendo en cuenta que en apenas tres meses se producirá obligatoriamente la sustitución del actual Rector por las nuevas elecciones y, esta reforma, comprometerá la organización durante el mandato del próximo equipo de gobierno universitario.
Nadie en nuestra universidad niega que sea necesario afrontar reformas en la plantilla. Es más que evidente el enorme deficit de personal en la mayoría de los servicios y, en paralelo, le necesidad de reorganizar algunos. Los tres grupos claustrales del PAS en el Claustro han venido insistiendo sobre esta necesidad año tras año en cada sesión, de la misma forma que también lo han hecho todos los sindicatos cada vez que surgen problemas derivados de esa precariedad.
Pero resulta también evidente que esa reforma no pasa por reducir o privatizar servicios y mucho menos por aplicar una restructuración global y radical de la plantilla por parte de un Rector y una Gerente en sus últimas semanas al frente de sus responsabilidades, comprometiendo la visión y las alternativas que puedan tener los nuevos equipos rectorales y de gerencia que afronten el mandato después de las próximas elecciones.
Desde CCOO creemos que es imprescindible retrasar cualquier negociación global de la RPT hasta el mes de septiembre, una vez haya tomado posesión el nuevo equipo de gobierno. Permitiendo también que se pueda afrontar un proceso negociador relajado, sin crispaciones y sin prisas. En cualquier caso, en un contexto así entendemos que sí sería posible abordar ahora, de manera puntual y excepcional, la reformas que exijan una respuesta urgente, como sería el caso de la dotación de las tres nuevas Facultades (Farmacia, Psicología y Logopedia o Bellas Artes) ya que fueron creadas hace meses y aún están en una situación de incertidumbre. No así en la mayor parte del resto de las propuestas de modificación que pueden esperar seis meses sin que supongan problemas, ya que han venido funcionando durante años y un pequeño retraso no perjudicará. Todo lo contrario, permitirá afrontarlo con mejor perspectiva ya que las propuestas presentadas adolecen de falta de documentación, datos, justificación, evaluación de alternativas y precipitación.
Por esta razón hacemos un llamamiento a la unidad, a coordinar esfuerzos, evitar roces innecesarios y preparar acciones de movilización conjunta del PAS funcionario y laboral. Ya que será la única forma de frenar esta brutal y precipitada restructuración.
Noticia publicada en prensa: https://www.laopinion.es/sociedad/2019/02/08/ull-cerrara-seis-bibliotecas-derivara/951922.html#
Totalmente de acuerdo con todo lo dicho en el artículo publicado, pero también hay otra cuestión de la que no se comenta nada. Si se lograra retrasar la modificación de la RPT, en este caso la del PAS funcionario, ¿se retrasaría también el concurso por el que llevamos esperando mas de dos años? ¿Y si fuera el caso, se retrasarían igualmente las oposiciones?¿No se perderían esas plazas si el retraso sobrepasa este año 2019? Gracias.
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