El lunes se constituyó formalmente la nueva Junta de PAS funcionario tras las pasadas elecciones y, lamentablemente, con un muy mal comienzo
En la información que enviamos tras conocer el resultado de la votación ya señalamos el aspecto negativo de la baja participación, por lo que la nueva Junta de PAS funcionario nace debilitada por falta de apoyo de la plantilla. Así que era lógico esperar una mayor cohesión de las dos candidaturas presentadas (CIPAS y CCOO), con más participación e integración que nunca. Al menos, eso es lo que se podía suponer aunque haya sucedido todo lo contrario.
Lamentablemente el grupo mayoritario ha excluido a CCOO de los cargos representativos, copando los cuatro puestos que controlan la información y las negociaciones con Gerencia (Presidencia, Vicepresidencia, Secretaría y Vicesecretaría) al mismo tiempo han impedido un desarrollo normal, participativo y democrático de la Junta en el día de su constitución.
Desde CCOO habíamos pedido una reunión presencial, ya que parecía adecuada una primera sesión con un sistema más participativo, personal y cercano en lugar de la videoconferencia. También presentamos una propuesta explicando que era necesario reflejar en las responsabilidades de la Junta la pluralidad y representatividad de las dos candidaturas, por lo que la representatividad reflejada en las elecciones de 5 (CCOO) y 8 (CIPAS) debería trasladarse también a las responsabilidades por lo que era lógico que la Vicepresidencia se asignara a nuestro sindicato ya que los otro tres cargos eran de CIPAS.
Sin embargo, de forma lamentable e injustificada, se nos dijo que no. De la misma manera que también se negaron a cumplir con lo previsto en el Reglamento de funcionamiento y entregar la documentación que avala la idoneidad de los dos compañeros ajenos a la Junta que CIPAS propone para asumir tareas representativas a pesar de que no resultaron elegidos en las elecciones.
La Junta, sumando el voto conjunto recibido por las dos candidaturas, apenas superó el 40% de apoyo en las elecciones. Así que la exclusión de CCOO reduce a solo un 27% (los recibidos por CIPAS) el porcentaje de compañeros y compañeras del PAS funcionario que se verán representados por quienes, ahora, tienen que negociar con Gerencia. ¡No! No parece una buena forma de comenzar, si se empieza divididos y debilitados. Al menos, a nosotros no nos parece la mejor manera.
Las explicaciones que han manejado para justificarse son absurdas. Decir que quien obtiene la mayoría “tiene derecho” a tener toda la capacidad de dirigir, como si se tratara de un Gobierno, es una interpretación errónea ya que la Junta no es un órgano de gobierno sino uno de representación. En “política” lo más parecido a la Junta serían las Mesas de los parlamentos, donde están representados proporcionalmente todos los grupos parlamentarios importantes… ¡sin exclusiones!. Hacerlo de otra manera, tal como se ha hecho en la Junta de PAS funcionario, es borrar el voto y las sensibilidades de una parte de la plantilla y, como ya hemos dicho, poner la representatividad de todo el sector del PAS funcionario en manos de solo el 27% de los votos. Porque CIPAS solo tiene esa representatividad después de las pasadas elecciones.
Pero, sin duda, fue más lamentable y desafortunada la argumentación de la presidenta de la Junta, cuando afirmó que no querían a la gente de CCOO en los cargos representativos porque “no confía en ninguno de nosotros para forma equipo de trabajo”. Como si la Junta fuera un chiringuito personal en el que una única persona pueda decidir las cosas a partir de sus preferencias. Aunque después de lo visto parece que esa es la realidad que nos tocará vivir durante los próximos cuatro años.
En los cuatro años anteriores CCOO estuvo en desacuerdo con muchas actuaciones de la Junta y con la manera de hacer las cosas, pero mantuvimos silencio sobre esas discrepancias con el objetivo de mostrar unidad y fuerza. Especialmente fuimos discretos con estas diferencias durante la pandemia, dada la gravedad de la situación y todos los problemas que hemos tenido que superar para seguir funcionando.
La baja participación en las elecciones nos dice que algo hemos estado haciendo mal y que, por eso, es necesario un revulsivo. Un cambio de actitud que ilusione y demuestra al personal de administración y servicios funcionario que la Junta les representa. No estamos dispuestos a repetir los errores del pasado y aceptar calladamente las imposiciones, la falta de transparencia y el ocultismo.
Sinceramente no esperamos que quienes han comenzado dividiendo y excluyendo, vayan a cambiar de actitud voluntariamente. Pero queremos creer que quienes les han votado puedan influir lo suficiente para que, al menos, reflexionen un poco. También esperamos que el resto de la plantilla tome conciencia del problema y decida actuar para reconducir la situación.
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