La situación económica derivada de la crisis económica y las consecuencias que está dejando tras de sí, constituyen un reto adicional al de la situación demográfica que, en gran medida, vino a justificar la reforma de 2011, hasta el punto de que con el tiempo ha condicionado el propio alcance de dicha reforma.
El sistema de pensiones contributivas se encuentra hoy en situación fuertemente deficitaria (16.706 millones), un déficit en parte coyuntural, pero cada día que pasa tiene un componente estructural mayor. “La parte coyuntural obedece a la pérdida de 2,9 millones de cotizantes entre 2007 y 2013, de los que se han recuperado 922.000 hasta 2015, un 31 por ciento de la afiliación perdida. La parte estructural se explica por el aumento del número de pensionistas (922.000 más que en 2007), debido al envejecimiento de la población, y por la mejora de las pensiones nuevas sobre las que causan baja, que se sitúan un 30% por encima”.
En este sentido, CCOO viene proponiendo, además de otras medidas para aumentar los ingresos por cotizaciones, que el Estado comience a asumir de forma paulatina la financiación de una parte de las pensiones, por ejemplo, las pensiones derivadas de muerte y supervivencia (viudedad, orfandad y a favor de familiares -22.000 millones-), de modo que se financie con impuestos sobre la renta y/o riqueza, frente a otras alternativas menos equitativas.
Otras alternativas de financiación adicional, como la de establecer una línea de financiación basada en aumentos del IVA, en opinión de CCOO, “supondría que parte del esfuerzo fiscal necesario para financiar las pensiones recae sobre los pensionistas que gastan su pensión, lo que es contrario a un sistema de reparto, además de llevarse a cabo a través de un impuesto regresivo”.
En este sentido, CCOO viene proponiendo, además de otras medidas para aumentar los ingresos por cotizaciones, que el Estado comience a asumir de forma paulatina la financiación de una parte de las pensiones, por ejemplo, las pensiones derivadas de muerte y supervivencia (viudedad, orfandad y a favor de familiares -22.000 millones-), de modo que se financie con impuestos sobre la renta y/o riqueza, frente a otras alternativas menos equitativas.
Otras alternativas de financiación adicional, como la de establecer una línea de financiación basada en aumentos del IVA, en opinión de CCOO, “supondría que parte del esfuerzo fiscal necesario para financiar las pensiones recae sobre los pensionistas que gastan su pensión, lo que es contrario a un sistema de reparto, además de llevarse a cabo a través de un impuesto regresivo”.
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